viernes, 12 de diciembre de 2014

La imaginación en escena

Todos tenemos clara la importancia de la imaginación a la hora de elaborar una escena. Pero hoy no hablo de eso, sino de la importancia de utilizar la imaginación del público.

El público (en su mayoría) no es tonto, y por tanto no quiere ser tratado como tal. Les es mucho más interesante intuir las cosas que que se las den machacaditas.

Esto significa que será mucho más fácil captar la atención y el interés del público si este tiene que realizar un pequeño esfuerzo de su parte. Por supuesto esto no vale para todos los espectáculos, hay algunos en los que el público únicamente va a descansar cuerpo y mente. Pero en muchos otros dejar las cosas en el aire resulta mucho más interesante. Este principio también se utiliza en la publicidad, es mucho más fácil generar engagement con el consumidor si generamos imágenes mentales.

Otra de las ventajas de generar imágenes mentales, es que el público vive mucho más la experiencia, ya que conseguimos que suceda dentro de su cabeza. Si él resuelve el misterio del guión antes de que lo haga el protagonista (y esto le requiere algún esfuerzo), se sentirá parte de la obra teatral.


Este principio también es muy importante en la magia. Muchos grandes magos están de acuerdo en que el truco debe suceder en la mente del consumidor antes que en la realidad. Esto no significa anticipar el efecto (algo que hay que evitar, ya que rompe la sorpresa final), sino que, un segundo antes de que suceda el efecto final, el espectador lo piense.


Explicándolo con un ejemplo, una carta firmada por el espectador está perdida en la baraja. Justo al final del juego, el mago pregunta dónde puede estar la carta y mira a una caja cerrada con candado que lleva en el escenario desde mucho antes de que el espectador firmara la carta y a la que nadie se ha acercado. En ese momento, los espectadores descubren que la carta tiene que estar en la caja, pero a la vez saben que esto es imposible. El truco ya ha tenido lugar en la mente del espectador y estos ya han recibido el primer mazazo. Seguidamente el mago se acerca a la caja y muestra que, efectivamente, la carta está ahí. Esta demostración física es un segundo mazazo a la mente de los espectadores. De esta manera, es como si el efecto sucediera dos veces, por lo que es mucho mayor.

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