Hoy hablaremos acerca del vídeo
que hice hace una semana, por mi cumpleaños. Lo utilizaremos para analizar lo
explicado en anteriores entradas. De esta forma, lo trataremos como si de un
pequeño espectáculo se tratara.
En primer lugar destacar la
experimentación. Este estilo de vídeo (una recopilación de trucos aprendidos en
un año o un número determinado de ellos) proviene del mundo de los malabares.
Sin embargo, aquí he querido mezclar la simple compilación con un hilo
conductor, formado por la música.
Ya que estamos en confianza, os
confesaré algo. No sé música. La selección de canciones del vídeo representa
casi la totalidad de mi repertorio. Pero eso no es razón para no probar a
incluirlo. ¿Cómo se soluciona esa falta de técnica? Con creatividad.
Desarrollando un buen guión, se puede lograr que la música sea un buen
complemento.
Dentro de esta experimentación,
cada uno tendrá su estilo. El mío es bastante natural, sincero, por lo que
admito en varias ocasiones que no soy un experto musical. Pero lo interesante
es ver cómo, dominando una pequeña parte de un arte o habilidad, podemos
integrarlo en un espectáculo.
Dentro de esta experimentación
incluyo la grabación y montaje del vídeo. Actualmente todo el mundo se maneja
con cámaras y programas lo suficiente para crear un vídeo así, por lo que no es
un hecho diferencial, pero si es ya algo casi obligatorio. Aunque lo tuyo sea
la escena pura, no puedes depender de otras personas para realizar grabaciones
mínimamente cuidadas de tus números o rutinas.
Por último, realizaré una rápida
autoevaluación con los factores que expliqué anteriormente para considerar si
una persona o espectáculo es buena o no.
Técnicamente los juegos y trucos
están correctamente realizados, aunque es cierto que no tienen una limpieza del
100%. Tienen una dificultad intermedia, no son de principiantes pero tampoco
llegan a algunas virguerías que se pueden ver por Youtube.
Creativamente, cómo ya he
mencionado anteriormente, la idea no es original. Sin embargo se le han añadido
algunos toques, cómo la música como hilo conductor.
Para medir el comportamiento en
el escenario, lógicamente, no es lo mismo la presencia en un vídeo que en
escena. Sin embargo sí es igualmente importante transmitir confianza, seguridad
y, en mi caso particular, familiaridad.
Por último, en el apartado de
venderse a sí mismo, debo admitir que probablemente realizo demasiada
autocrítica (aunque sea en clave de humor) para hacerlo del todo bien.
Y hasta aquí
el primer análisis práctico del blog. Espero que os haya sido útil o
interesante (si hay mucha suerte ambas), nos vemos en los comentarios o en la
entrada de la próxima semana.
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