¿Puede un chiste seguir haciendo
gracia años, décadas o incluso siglos después de su creación?
¿Si te transportaras al antiguo
Egipto y entendieras su lengua, te harían gracia sus bromas?
¿Tiene sentido hacerse estas
preguntas en lugar de buscar un trabajo, tal y cómo están las cosas?
Intentaremos responder a estas
preguntas en las líneas consiguientes.
Personalmente considero que el
humor es como el vino. El bueno puede disfrutarse durante años si se conserva
en una buena barrica, mientras que el malo se pica enseguida.
Y ahora algunas ideas que
justifiquen esta metáfora barata.
Actualmente me estoy leyendo un
libro de humor (“Como tener la casa como un guarro. Guía del perfecto soltero”)
que tiene ocho años más que yo. (Está bien leer libros más viejos que tú, te
hacen sentir joven; en esto reside el éxito de El Quijote.) Esto significa que
ese libro se hizo antes de Facebook, YouTube, la generalización misma de
Internet y la televisión con más de dos canales. Es decir, con una sociedad, en
teoría, radicalmente distinta a la actual.
Y sin embargo, leyendo ese libro,
escrito en otro lugar y otro tiempo (Nueva York, 1886), sobre la vida y casas
de los solteros, puedes sentir que hablara de ti o de tu vecino.
Otro ejemplo muy similar son las
"Memorias de un amante sarnoso", de Groucho Marx. Una vez más,
satiriza sobre la sociedad de su momento (1963), sin que se le note un regusto
rancio o claramente desfasado.
Sin embargo, si hay humor
(artículos, monólogos, actuaciones televisadas...) al que se nota "viejo".
Esto puede deberse a dos motivos:
Las bromas que se realizan sobre
fenómenos de actualidad están condenadas por naturaleza a desactualizarse
rápidamente. Un ejemplo claro fueron todas las realizadas con la multa y huida
de Esperanza Aguirre. En su contexto pueden ser muy acertadas y graciosas pero
fuera de él (porque haya pasado tiempo o porque alguien no conozca el suceso)
pierden el sentido.
Otra razón son las modas. Durante
una época se ponen de moda los doblajes, o las imitaciones, o el humor de
golpes y caídas, y todo el mundo trata de hacerlo, aunque no vaya realmente con
su estilo. En España se vivió hace unos años con la "naturalidad en
televisión". Tras el éxito de algunos programas cómo "Sé lo que
hicisteis", en el que sus colaboradores admitían que preferían estar en su
casa que allí trabajando, emergieron múltiples programas teóricamente sin
guión, como Tonterías las justas (Cuatro, 2010), Otra movida (Neox, 2011) o la
última edición de Caiga Quien Caiga en España (Cuatro, 2010).
En estos casos, este humor puede
tener un cierto éxito durante la moda, pero tras ella lo forzado del tener que
adaptarse se nota, haciendo que este humor no perdure.
Por el contrario, las claves del
humor que perdura, son:
Autenticidad. Sólo si es
realmente el estilo del humorista, este dejará su esencia en las palabras. Si
este no está contento con lo que escribe y únicamente lo hace para rellenar
espacio y comer a fin de mes (fines muy loables) difícilmente creará algo humorístico
capaz de perdurar.
La otra clave
son los temas. Hay temas universales, desde el comienzo de los tiempos.
Principalmente tres: reproducción (sexo), supervivencia (muerte) y poder. Todos
ellos están vinculados realmente a la supervivencia, pero resulta más
conveniente dividirlos en estos tres.
Esta “universalidad”, significa
que estos temas se mantienen durante generaciones e incluso siglos, aunque la
forma de tratarlos cambie. Todo lo que hable sobre cómo conseguir mantener
relaciones sexuales con otra persona generará un vínculo con el espectador o
lector. Este tema puede tratarse de manera soez, irónica, sutil, mediante
simples gestos o sólo mediante palabras… y cada una de estos estilos triunfará
más o menos dependiendo del público y la época, pero siempre conectará con el
espectador. Porque, en estos tres temas, no somos en absoluto distintos a los estadounidenses
de los años 50 o los mismísimos egipcios.
Y, como propina, responderemos a una
de las preguntas más realizadas (en voz alta o baja) al ver o leer una
historia.
¿Por qué SIEMPRE tiene que haber
un loco que intenta matar al protagonista y una tía buena (o su equivalente
masculino) con el que el protagonista se acaba acostando?
Como ya hemos dicho, es más fácil
conectar con el espectador/lector si se tratan los tres temas principales que
si se especula sobre otros más específicos, como el servicio de correos o el
clima (lo que no significa que no se pueda lograr con estos temas, pero será
más difícil).Esto no es válido únicamente con el humor, sino con cualquier
historia. Y si esta sociedad va a lo fácil, y los escritores o guionistas no van a
ser menos.
Así que ya saben, las claves para
realizar obras perdurables en el tiempo son tres: autenticidad, sangre y sexo.
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